domingo, 14 de junio de 2020

¿Por qué es importante construir un Proyecto de Familia?


Quizás nunca te has dedicado a pensar en serio en construir un proyecto familiar. Es muy probable que hayas asumido la construcción de una familia sin pensar en muchas de estas cosas. ¡No, no te sientas mal por ello! A muchos nos ha pasado lo mismo, hasta que la propia vida y las circunstancias nos han hecho detenernos, pensar en ello, activar nuestros pensamientos y comenzar a reformularnos nuevos propósitos con respecto a la familia que queremos y qué quieres lograr para y por tus hijos.
Hacer un proyecto familiar es pensar en un conjunto de posibilidades que dan la pauta a la apertura de nuevos caminos, situaciones y alternativas, que te lleven al crecimiento de la familia como núcleo fundamental, pero al mismo tiempo abriendo un sinnúmero de posibilidades para el crecimiento personal de cada uno de los miembros. Por eso no es solo un proyecto personal, sino es un proyecto que va pensado también en los otros, tu pareja, tus hijos, la familia que has ido creando. Por eso es dinámico, en crecimiento y transformación constante, y cada día se mejora y se reinventa y seguramente será el proyecto mas importante de tu vida, porque entre sus objetivos está su trascendencia.  
Por eso pienso que no es nada raro y tiene sentido que frecuentemente hoy   escuchemos hablar acerca de la realización de un Proyecto de Familia. Pero qué es en realidad un proyecto de familia. Como su nombre señala es una proyección a futuro, que se anticipa en un plan y se va construyendo poco a poco. Es proyectar un conjunto de posibilidades de para el desarrollo cognitivo y socioemocional de sus miembros y poner a su disposición una serie de recursos para el crecimiento personal de cada uno.  Toma en cuenta la madurez del presente y al mismo tiempo apunta hacia el futuro, estableciendo metas y un nuevo horizonte a donde conducir a la familia en desarrollo. Por eso es muy importante tener una visión amplia acerca de la familia que construyes, que vaya más allá de lo básico, de lo ya estipulado, una visión que le permita ser diferente y sobresalir, que le permita llegar lejos y para ello es importante poner a la familia como centro. Es el diseño de un futuro que se considera óptimo y viable para toda la familia.
Pero es importante no perder la perspectiva y tener claro que no basta, ni mucho menos, con tener un proyecto de familia que sea simplemente eso, una idea, un sueño, una visualización de futuro, como si pensáramos que las cosas van a suceder por sí solas por el hecho de desearlas. Falla lo más importante del proyecto, la planificación y la ejecución, cómo lo llevo a cabo, cómo se realiza esa construcción que debe aunar lo personal y lo colectivo y que no debe perder de vista que lo que hagamos hoy determinará lo que seremos y lograremos mañana.
¿Pero…qué se requiere? Lo más importante tener una clara visión de cuáles deben ser los objetivos que como familia quieren lograr y ajustar acertadamente estos objetivos a las características y posibilidades de cada uno de los miembros y a las condiciones concretas en las que la familia se desarrolla. Pero además, considerar que este proyecto de familia no es independiente de lo que ocurre en el entorno, ni excluye a las personas con las que se interactúan, por lo que es al mismo tiempo familiar y social.
Un gran proyecto de vida de familia inicia con pequeñas acciones que poco a poco se van haciendo grandes, como grandes llegarán a ser sus objetivos. Así para que construir un proyecto de vida familiar es necesario:
  • Claros objetivos por alcanzar, qué tipo de familia quiero ser, que cualidades quiero desarrollar como padres y cuáles quiero lograr en mis hijos para que sean personas de bien en el futuro, tengan buenas cualidades como personas y participen de manera activa en la sociedad donde se desarrollan.
  • Que cada uno sea consciente de su rol y su papel.
  • Tener claridad sobre lo que conviene en el presente y futuro tanto de los padres como de los hijos.
  • Proyectar búsquedas comunes y proyectos claros.
  • Identificar fortalezas y debilidades, cuáles son sus gustos y preferencias, como se gestionan las emociones y considerar todas las posibilidades y amenazas que intervienen en el desarrollo de todos desde su individualidad.
  • Construir relaciones de confianza entre los miembros de la familia, saber escucharse, establecer tiempos de calidad en la familia y alcanzar una comunicación libre y afectiva entre todos.
  • Tener en cuenta los medios y recursos con los que contamos para que el proyecto sea posible. Apostar a lo que permanece, no a lo pasajero y superficial. Tener en cuenta que lo material es importante pero nunca más importante de ser una buena persona.
  • La formación de los hijos debe estar en el seno del hogar, esta no se delega y son los padres los encargados de enseñarle todo lo importante de la vida, pero al mismo tiempo debemos hacer partícipes a los hijos del proyecto familiar porque es su futuro y ellos deben sentirse comprometidos con el mismo.
  • Es importante también proporcionar la estructura y el ambiente familiar adecuado. No hacer como padres lo que los hijos deben hacer, respeten el rol y apuesten por la individualidad y la independencia.
  • Tener en cuenta que los acuerdos en familia no son negociables, afectan a todos y deben ser lo suficientemente claros para que ayuden a la correcta proyección de la conducta.
  •  Establecer que hay derechos, pero especialmente todos tienen deberes y responsabilidad en la familia y en la sociedad donde se desenvuelven.  

Llegado este momento, no solo es importante reconocer con qué contamos, o sea cuáles son nuestras fortalezas, las que nos van a facilitar la consecución de nuestras metas, sino que también es importante prever las dificultades que podrían interferir en este proceso de mejora, con la finalidad de estar preparados para minimizarlas. Lo que se consiga en el futuro dependerá en gran medida de lo que se haga en el presente. En ese sentido, cada miembro de la familia debe responder a la pregunta: ¿A qué me comprometo yo?. Así, cada uno se hará corresponsable de los éxitos o fracasos.

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